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anclaediciones

Helena Restrepo Vélez

Actualizado: 21 sept


Nace y vive en Pereira, Risaralda; adoptada por Medellín durante treintainueve años. Médico y Cirujano de la Universidad de Antioquia. Formada en Medicina Sintergética.


Libros editados: Nacer de nuevo (Poesía, 2014. Ediciones Defensa de la Palabra), Historia de un libro (Relato autobiográfico, 2016. Ediciones Defensa de la Palabra), Eva se enamora de un fantasma (Poesía, 2018. Segunda edición, 2023. Cuadernos La Musa Sonámbula). Para un amante triste (Poesía, 2023. Editorial Seshat). De la Luz y sus Formas, libro ganador de una mención en la Convocatoria de Estímulos de escritores pereiranos en la modalidad poesía en el 2022 (Poesía, 2023. Colección Escritores Pereiranos).


Poemas y otros textos publicados en diversas revistas nacionales impresas y digitales. Antologías: Tejedoras de luz (México, 2014), Ave Verbum (España, 2019), Golpes de realidad (Pereira, crónica, 2018), Un travieso sol entre las calles (Secretaría de cultura de Pereira, poesía, 2019), Antología Red de Poetas 2022.




De todos y de nadie


Si no me oyes,

si me oyes y no te mueves,

si mi voz revuelve tus entrañas

                      y sigues inmóvil,

 

si sabes que “deseo y quiero”

son palabras con las que te nombro

y no vienes a reclamar lo que es tuyo,

 

seré de la tierra más que nunca,

           del cielo más que nunca,

cada vez más verde, más azul.

 

Muchos me han amado,

a muchos amé,

 

solo de uno me siento parte.

 

Si no vienes, no será grave.

 

Seré más verde, más cielo

más agua, más lluvia, más fuego,

de todos y de nadie.



De todos y de nadie II

 

No puedo ir hacia ti, querido mío.

 

Mi corazón, promiscuo y fiel, 

no sabe darse,

lo que conoce del amor 

es una cárcel 

y en una sola cárcel sobrevive.

 

"De todos y de nadie"

escribí en una tarde de papel

pensando en el futuro de mi pecho 

y resultó verdad mi vaticinio.

 

Me entrego en un instante, en un abrazo, 

el otro ni se entera que me tiene 

y cuando abro los brazos, ya estoy lejos.

 


Loba

 

Sucumbir a la tentación 

dormir en ella por un tiempo 

dejar que te acaricie los sesos

contemplar la loba con que juega

-inmortal, en los huesos-

hambrienta de sueños con pies y cabeza.

 

Y una noche, de frío, despertar.

Y sin sueños, dormir.

 

Y que, en la mañana, 

el canto del sol, lleno de pájaros, 

celebre tu retorno a la luz.

 


Proceso

 

Debo cortar el ombligo

de la desesperación,

devolver a los ancestros

su ansiedad, su inmediatez,

su pelea con la vida.

 

Decirles que todo es un proceso

y este proceso que soy

se mueve lento,

no esquiva las piedras,

se entretiene en sus formas

aunque tallen y porque tallan.

 

Que no me busquen en la meta

ni en los finales felices,

que estoy en un punto suspensivo

de cualquier cuento.

 


Amor que libera

 

Quiero atravesar pieles, fundirme en los abrazos,

entrar en los recintos sagrados de los hombres

donde la soledad maldice algunos nombres 

y hacerme compañía sin apretados lazos.

 

Quiero ser esa nota de alegre melodía

que emite su sonido embelleciendo el todo,

mas no detiene el tiempo para buscar el modo

de sostener su tono si altera la armonía.

 

Gozar la despedida tanto como el saludo

guardando en mi interior lo que cada presencia

le sume a mi inventario -su luz, mi reverencia-

para en mis soledades ponérmelo de escudo.

 

Ir y venir sin miedo, confiar y dar confianza.

Que el amor nos libere y ajuste la balanza.

 


Alicia

 

Alicia descubrió en el sinsentido

el mágico sabor de la existencia

y en vez de preguntarle a su consciencia

qué había más allá de lo sentido

dejó que la embriagara aquel sonido

de la totalidad sin resistencia.

Pero antes aprendió de la impaciencia,

trató de interpretar cada latido,

corrió tras el conejo que, atrevido,

retó a su juventud e inteligencia,

y al sombrerero loco con urgencia

pidió que le explicara lo ocurrido.

 

Tan solo tras vivir cada fracaso, 

Alicia disfrutó del pie y del paso. 

 

 

Mi paraíso  


Vivo en el paraíso, se los juro. 

Mi hogar es un regalo de los dioses

por ver la luz en medio de lo oscuro

y por hacerme inmune a los adioses. 


Mi cielo es como yo, azul y verde, 

y, en él, lo verde baila y jugueteaa

ser de mil colores, y lo muerde

la ardilla que en sus ramas tambalea. 


Hay música de fondo noche y día, 

el viento toca un vals y el ruiseñor 

entona su insolente melodía

con el cucarachero, y un rumor

de grillos y cigarras se hace grito. 

Y Adán habita en mí y yo le habito.

 

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1 comentário


colectivoglapari14
22 de set.

Poeta Elena Restrepo, que delícia leerla...gracias, éxitos!

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