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CELIA INÉS LÓPEZ MIRANDA



Nació y vive en Villa Dolores, Córdoba, Argentina. Es Licenciada en Letras Modernas por la Univ. Nac. de Córdoba. Ejerce la docencia en Nivel Superior. Es miembro activo del Círculo de Narradores Paso del León y del Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento, entidad que ha presidido durante el periodo 2013-2018. Referente y co-organizadora de los Encuentros Internacionales de Poetas Oscar Guiñazú Álvarez. Ha sido reconocida como Mujer Destacada de la Cultura por el Municipio de Villa Dolores, Cba. Gestora cultural. Conferencista. Organiza y participa en actividades culturales relacionadas con la animación a la lectura y talleres de escritura de invención. Organizó y condujo el programa cultural radial “Palabra al viento” emitido por aire y por la Web, años 2012 a 2014. Ha publicado de manera individual el poemario Parte de Mí. Edit. Brujas. Cba. Arg.2017. Parte de su obra en poesía y narrativa breve ha sido editada en antologías de autoría compartida. Posee un poemario inédito titulado Solsticio. Publica en revistas y diarios nacionales, extranjeros y en páginas y blogs digitales. Ha participado en diversas embajadas culturales al extranjero: Colombia y Ecuador entre otros.




MANIFIESTO

(en Parte de Mí)


Estas alas que no se entienden con el viento

Osvaldo Guevara


No será perdonada la osadía del vuelo,

no será comprendida.

no será perdonada la mujer que eleve

sus pies hasta el punto

donde el ocaso se vuelva amanecer

del otro lado del mundo.

No será.

Porque es difícil entenderse

con la gente con alas.

Ellas estorban cuando a uno le ofrecen

sillas y butacas,

sólo están cómodas en los bancos de plaza

o al borde de la cornisa del más alto

edificio

o en la colina capital, atalaya del valle.


Para que una mujer no tenga alas

hay que cometer el desatino

de arrancárselas,

hay que matar la luz

de su pupila

y asesinar el canto

con que duerme a sus hijos y

eliminar el grito

con el que clama

para pedir justicia.

No será perdonada la mujer que tenga alas,

no será.

Porque hay que animarse a ir con ella

en caída libre.

Hay que entregar el aire,

los pulmones, las terrestres piernas

del temor y la duda.

Estas alas que tengo

me pesan,

me han quebrado la espalda

en la soledad profunda

donde suelo

quedarme detenida,

mis alas

son el único sustento

para seguir estando viva.




HUMITA

(en Parte de Mí)


Capa tras capa, te desnudo,

dulce lágrima subterránea

engendrada

para saciar la sed

en blanca leche

jugosa y dulzona

como la esperanza.


Te hiero

con una daga filosa y

entonces te derramas …

te me brindas

en pequeñas transparencias


Reclamas desde el fondo del cuenco

a tu compañero…

te vuelves rosada a su contacto.

Él… te enciende y saborea.

Bailan a un mismo son en el aceite

tibio que los va penetrando

hasta confundirlos, húmedos en fuego…


Mientras, hay otra fiesta de color,

de dientes blancos o amarillos ya iniciada…

me sube el aroma ancestral de la tierra por las manos

cuando te quito, una a una

las chalas que te cubren,

mazorca dorada,

sol tempranero,

carne aborigen

maíz ancestral, original y mítico

y …

sueño entonces con la América Madre

con la América India

el sueño de los que vivieron en tu savia madura

y se volvieron carne de tu carne,

carne americana.

Te desgrano, te huelo, muelo tus granos

te siento en mis manos, generosa, hecha jugo de vida.

Ahora,

un toque anaranjado

de zapallo carnoso y pintón,

logra seducirte…

aceptas sus encantos

y cuando esto sucede

fundidos en color

el fuego hace el milagro

con su suave cocción.


Danza la cuchara en tu espesura de río milenario,

te llueven sabores de sal, ají, pimienta

y se pierden en el mapa amarillo de tu piel.

Milagro generoso de la tierra

te deslizas como una arena dulce, hacia dentro…

te celebro, te sirvo, humeante, familiar.

Te comparto, cobrizo pan de nuestra raza.



TEJEDORA

(Inédito)


escribe el pensamiento

con colores,

anuda la trama con sus sueños,

tejedora andina

ancestral maestra,

entrecruza

los hilos de la vida

y nacen Inti, la Pacha

el maíz, los guanacos,

la mujer y el hombre,

los cultivos,

los niños,

las aguas,

y las lunas

dibuja lo que fue

antes de que fuera arrasada

la existencia,

devorada.

dibuja lo que es

lo que será

entre las nubes

en el sol

en el vientre de América.

teje la vida,

la inmortaliza en lana.




EL OMBLIGO

(Inédito)


I

No sabe

cuando le cortaron la tripa

por donde entró a la vida

en esa cicatriz,

sudores,

amores incendiarios

o pasiones efímeras,

restos de besos,

ansiedades,

huellas digitales,

ADN,

han quedado

entramados

en el centro.

El ombligo,

remolino

centrípeto

se conecta

hacia dentro

en las márgenes

se le adhieren pelusas,

viejos nombres

recuerdos del invierno,

se le adhiere la tierra

- signo de su destino-

el ombligo

centrífugo,

desprende

lo deshecho.

II


Me pregunto

si

este lugar del cuerpo

sea el centro del mundo

donde

-con las fibras del tiempo-

aún

tejen las abuelas,

mi madre,

y yo

intentando destejer tejiendo

voy

unas veces afuera

otras veces adentro.




LLUVIA

(en Parte de Mí)


Por debajo de mi blusa, llueve.

vertical

se deshace en las hebras

nocturnas de mi pelo.


Su voz,

un canto rítmico y caprichoso

me recorre,


Húmedas lenguas

me penetran.


Yo,

desnuda y descalza

me diluyo.


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