Nació en Roldanillo Valle. Licenciado en español y Comunicación Audiovisual de la Universidad Tecnológica de Pereira. Especialista en Gerencia. Educador hace 31 años dedicado a la investigación educativa. Ganador del Concurso Departamental de Poesía: Sindicato de Educadores de Risaralda en 2000 y 2013. Ha publicado los libros “Hoguera en Eclipsiris” “Éxtasis Poesía al desamor” (2003). Y el Libro–Arte: “Enfisemas. Poemas para sobrevivir despacio”. Edición exclusiva para Estados Unidos en 2013. Coautor del libro de cuentos “Sueños Móviles” publicado por el Ministerio de Cultura y La Compañía Creativa “Trazasueños”; y en 2017 el poemario “No hubo tiempo para la inmortalidad” Colección Poetas Colombianos Siglo XXI Editorial “CazadeLibros”. En 2019 la misma editorial publica “AULA12, Reflexiones sobre la investigación en el aula”. Ha sido invitado a diversos encuentros literarios en el país e incluido en varias antologías poéticas. Recibió el reconocimiento del Instituto de Cultura de Pereira por sus aportes literarios a la ciudad en 2009 y del Ministerio de Educación Nacional en 2015 por su proyecto “AULA12. Una escuela feliz para la Paz y la Libertad”. En 2019 fue incluido en la antología “Palabras entre dos ríos. (Nuevos poetas Pereiranos)” y en 2020 en la Antología de cuento “La primera lluvia” con el cuento “Taró o la Primera lluvia” realizadas por la Secretaría de Cultura de Pereira y la Biblioteca “Ramón Correa Mejía”. Ganador en 2021 de la Residencia Literaria de “Casa Creativa” con la novela “Los indefensos”. Séptima Mención en Concurso de Poesía Casa de Poesía Silva 2022. Desde 2015 a la fecha, ha recibido diversos reconocimientos de la Secretaría de Educación Municipal por sus aportes a la educación y a la cultura pereirana.
Página web: www.mallamaroux.es.tl
ENTRE NOS
Soy el mismo y el otro,
la vida y la esencia ―suspendida al vacío― en una misma
exhalación,
el que me contiene
y el contenido
batiéndonos simultáneamente,
llaga a llaga,
frente a la muerte.
Apretados los labios contra la delgada línea del silencio,
cada palabra es una gloriosa huida
que busca un pedazo de tierra para exiliarse.
Atrapado y dividido,
soy la misma roca,
fragmento que orbita tiernamente
alrededor de los ojos.
Cada espejo impregna su metálico y sordo fantasma
en las profundas cavidades del nuevo siglo.
Allí los niños ignoran el asombro blanco de las leyendas.
Emerge desde mi propio e inconfesable fondo
el fruncido gesto mineral del asesino,
su boca luctuosa,
su mirada carnívora
devorándose y devorándome.
En cada párpado
hay una jubilosa margen
que lo detiene.
Soy un hombre que no tolera
encontrarse consigo mismo.
Del Libro: No hubo tiempo para la inmortalidad. 2017
Editorial Caza de Libros
COLECCIÓN DE NOSTALGIAS
Con un llanto rasgar el primer asombro
abandonar el cosmos amniótico
para degustar del aire su oquedad.
Arrojar las primeras sílabas
como guijarros sobre el asfalto
hasta hacerlas tristes promesas
sin fecha de vencimiento.
Erguirse una y otra vez
comprender que el dolor
reside en el nervio
y caminar sobre ese espejismo.
Afeitar los primeros besos
dejarlos de una insoportable tersura
capaz de esquivar cualquier augurio.
Desear el ritmo de unas caderas
y estremecerse con su júbilo.
¡Ser Dios!
Donar unos cuántos genes inútiles
o un juguete triste que viene de la guerra.
Tejer rencores entre las falanges
hasta hacerlos pequeños ovillos
o esperar que los días
sean pájaros fugitivos
y los árboles
estatuas de piedra.
Del Libro: No hubo tiempo para la inmortalidad. 2017
Editorial Caza de Libros
CARNE
La luz ya entra por los agujeros y no hay temor al olvido
Francisco de Asís Ayala
Cuando lleguen implacables
las arrugas
y tu voz se quiebre con la brisa
y veas que la lozanía del lodo te supera
y la juventud no admire de ti si no la prudencia
y palpes
la tierra renovada,
y te supliques y quieras el perdón
y emerger del abismo
y las llagas te supuren tristeza
mientras la muerte te espera en la lápida
como una flor al borde de la primavera
Quedará de ti
solo tu descendencia,
tu vago recuerdo húmedo
girando extraviado
en los muros grises de la ciudad.
Quedará el tedio,
endurecido como una mentira rancia
y profunda en los surcos de las falanges,
en los crujidos sordos de las vertebras
que vociferaron con sus muelas
el dolor,
el tiempo,
el polvo.
Cuando lleguen implacables
las arrugas
y se deshojen tus ojos
pétalo por pétalo
hasta ser pequeños puntos marchitos
bajo la tierra,
sabrás que la carne
fue vértigo,
persistencia,
la promesa después de la esperanza,
la mueca,
la rigidez acurrucada,
el insondable silencio.
Del libro: Enfisemas. Poemas para sobrevivir despacio. 2013
EL MIEDO
Al lado de un sicario
toda vida dura un segundo
Algo retorna, un instante en los potreros donde la inocencia cabalgó feliz. Vuelve el hogar con el piso ahuecado, el tranquilo olor del chocolate, nuestras sonrisas desplegando travesuras. Allá el reloj consumía en circular alegría las mañanas develando eso que llamaríamos futuro, pero el miedo arribaría, su grito derrumbaría las habitaciones en nuestra retina, llenaría de barro nuestras simientes para hacer de la fragilidad alimento de su fuego. Todo se detuvo: El beso que se aproximaba como un aleteo de mariposa al huir de su crisálida.
Por la voz, la fuerza contenida escalaba. El miedo flotaba como un fantasma, sus pasos anhelaban un cuerpo. Sin la luz todos éramos una misma oscuridad hasta el asesino congelado en la penumbra. Te hablo del instante del miedo donde todo se detuvo, también la sangre que ya no regresará a casa.
TEJEDORA
A Wislawa Szymborska
Llenas la palabra de una perfecta intuición
en cada lampara de la casa reboza ese misterio
extiendes como una pradera la costumbre
donde árboles exhiben sin pudor sus sombras.
Tejes sigilosos significados en punto de crochet
como si fueras la abuela del mundo
y quisieras resguardarlo del frío.
En la punta de las agujas
se balancea la forma de un entrañable cielo codiciado
donde saltarán nubes como borregos
y las aves del invierno ajenas a la nostalgia
te arrancarán del alma,
sin cautelas,
toda su poesía.
Comments