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HERNÁN MALLAMA ROUX

Actualizado: 9 nov 2022


Nació en Roldanillo Valle. Licenciado en español y Comunicación Audiovisual de la Universidad Tecnológica de Pereira. Especialista en Gerencia. Educador hace 31 años dedicado a la investigación educativa. Ganador del Concurso Departamental de Poesía: Sindicato de Educadores de Risaralda en 2000 y 2013. Ha publicado los libros “Hoguera en Eclipsiris” “Éxtasis Poesía al desamor” (2003). Y el Libro–Arte: “Enfisemas. Poemas para sobrevivir despacio”. Edición exclusiva para Estados Unidos en 2013. Coautor del libro de cuentos “Sueños Móviles” publicado por el Ministerio de Cultura y La Compañía Creativa “Trazasueños”; y en 2017 el poemario “No hubo tiempo para la inmortalidad” Colección Poetas Colombianos Siglo XXI Editorial “CazadeLibros”. En 2019 la misma editorial publica “AULA12, Reflexiones sobre la investigación en el aula”. Ha sido invitado a diversos encuentros literarios en el país e incluido en varias antologías poéticas. Recibió el reconocimiento del Instituto de Cultura de Pereira por sus aportes literarios a la ciudad en 2009 y del Ministerio de Educación Nacional en 2015 por su proyecto “AULA12. Una escuela feliz para la Paz y la Libertad”. En 2019 fue incluido en la antología “Palabras entre dos ríos. (Nuevos poetas Pereiranos)” y en 2020 en la Antología de cuento “La primera lluvia” con el cuento “Taró o la Primera lluvia” realizadas por la Secretaría de Cultura de Pereira y la Biblioteca “Ramón Correa Mejía”. Ganador en 2021 de la Residencia Literaria de “Casa Creativa” con la novela “Los indefensos”. Séptima Mención en Concurso de Poesía Casa de Poesía Silva 2022. Desde 2015 a la fecha, ha recibido diversos reconocimientos de la Secretaría de Educación Municipal por sus aportes a la educación y a la cultura pereirana.


Página web: www.mallamaroux.es.tl



ENTRE NOS


Soy el mismo y el otro,

la vida y la esencia ―suspendida al vacío― en una misma

exhalación,

el que me contiene

y el contenido

batiéndonos simultáneamente,

llaga a llaga,

frente a la muerte.


Apretados los labios contra la delgada línea del silencio,

cada palabra es una gloriosa huida

que busca un pedazo de tierra para exiliarse.

Atrapado y dividido,

soy la misma roca,

fragmento que orbita tiernamente

alrededor de los ojos.


Cada espejo impregna su metálico y sordo fantasma

en las profundas cavidades del nuevo siglo.

Allí los niños ignoran el asombro blanco de las leyendas.


Emerge desde mi propio e inconfesable fondo

el fruncido gesto mineral del asesino,

su boca luctuosa,

su mirada carnívora

devorándose y devorándome.

En cada párpado

hay una jubilosa margen

que lo detiene.


Soy un hombre que no tolera

encontrarse consigo mismo.


Del Libro: No hubo tiempo para la inmortalidad. 2017

Editorial Caza de Libros




COLECCIÓN DE NOSTALGIAS


Con un llanto rasgar el primer asombro

abandonar el cosmos amniótico

para degustar del aire su oquedad.


Arrojar las primeras sílabas

como guijarros sobre el asfalto

hasta hacerlas tristes promesas

sin fecha de vencimiento.


Erguirse una y otra vez

comprender que el dolor

reside en el nervio

y caminar sobre ese espejismo.


Afeitar los primeros besos

dejarlos de una insoportable tersura

capaz de esquivar cualquier augurio.

Desear el ritmo de unas caderas

y estremecerse con su júbilo.


¡Ser Dios!

Donar unos cuántos genes inútiles

o un juguete triste que viene de la guerra.


Tejer rencores entre las falanges

hasta hacerlos pequeños ovillos

o esperar que los días

sean pájaros fugitivos

y los árboles

estatuas de piedra.



Del Libro: No hubo tiempo para la inmortalidad. 2017

Editorial Caza de Libros





CARNE


La luz ya entra por los agujeros y no hay temor al olvido

Francisco de Asís Ayala

Cuando lleguen implacables

las arrugas


y tu voz se quiebre con la brisa

y veas que la lozanía del lodo te supera

y la juventud no admire de ti si no la prudencia


y palpes

la tierra renovada,


y te supliques y quieras el perdón

y emerger del abismo

y las llagas te supuren tristeza

mientras la muerte te espera en la lápida

como una flor al borde de la primavera

Quedará de ti

solo tu descendencia,

tu vago recuerdo húmedo

girando extraviado

en los muros grises de la ciudad.


Quedará el tedio,

endurecido como una mentira rancia

y profunda en los surcos de las falanges,

en los crujidos sordos de las vertebras

que vociferaron con sus muelas


el dolor,

el tiempo,

el polvo.


Cuando lleguen implacables

las arrugas

y se deshojen tus ojos

pétalo por pétalo

hasta ser pequeños puntos marchitos

bajo la tierra,

sabrás que la carne

fue vértigo,

persistencia,

la promesa después de la esperanza,

la mueca,

la rigidez acurrucada,

el insondable silencio.


Del libro: Enfisemas. Poemas para sobrevivir despacio. 2013






EL MIEDO



Al lado de un sicario

toda vida dura un segundo



Algo retorna, un instante en los potreros donde la inocencia cabalgó feliz. Vuelve el hogar con el piso ahuecado, el tranquilo olor del chocolate, nuestras sonrisas desplegando travesuras. Allá el reloj consumía en circular alegría las mañanas develando eso que llamaríamos futuro, pero el miedo arribaría, su grito derrumbaría las habitaciones en nuestra retina, llenaría de barro nuestras simientes para hacer de la fragilidad alimento de su fuego. Todo se detuvo: El beso que se aproximaba como un aleteo de mariposa al huir de su crisálida.

Por la voz, la fuerza contenida escalaba. El miedo flotaba como un fantasma, sus pasos anhelaban un cuerpo. Sin la luz todos éramos una misma oscuridad hasta el asesino congelado en la penumbra. Te hablo del instante del miedo donde todo se detuvo, también la sangre que ya no regresará a casa.





TEJEDORA

A Wislawa Szymborska




Llenas la palabra de una perfecta intuición

en cada lampara de la casa reboza ese misterio

extiendes como una pradera la costumbre

donde árboles exhiben sin pudor sus sombras.


Tejes sigilosos significados en punto de crochet

como si fueras la abuela del mundo

y quisieras resguardarlo del frío.

En la punta de las agujas

se balancea la forma de un entrañable cielo codiciado

donde saltarán nubes como borregos

y las aves del invierno ajenas a la nostalgia

te arrancarán del alma,

sin cautelas,

toda su poesía.








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