Palmirano, 1976, Ingeniero industrial de la Universidad del Valle, creador y gestor cultural desde el año 2002. He publicado los libros de crónicas El árbol de los espejos (2009), Palmira, Color y Palabra, antología de historia cultural (2011); Ciudad de héroes (2011); A la luz de las luciérnagas, crónicas de Palmira (2017); Más allá de la suerte, cultura de los corteros de caña (2018), y El encantador de mariposas, crónicas de las montañas de Palmira (2019).
He publicado los poemarios Las formas del silencio (2011) y Fantasmas de relojes y de tigres (2015), ambos con la editorial Exilio de Santa Fe de Bogotá. He realizado viajes como mochilero a Suramérica, México, India, Nepal y China.
Fui director del Centro Cultural Guillermo Barney Materón de Palmira. Actualmente dirijo el taller de escritura creativa Casapalabras para un público infantil y juvenil y estoy vinculado a proyectos audiovisuales, a la divulgación del patrimonio y a la promoción del libro y la lectura.
Desde 2015 vinculé la fotografía como herramienta documental de mis investigaciones, enfocándome en el registro urbano, el paisaje rural y el retrato.
En 2006 conversaba con Guillermo Barney Materón en el patio de la casona acerca de la vida, y me dijo: “Mauricio, no dudes en colocar tu escalera en la pared equivocada”.
Lo más interesante de la escritura es disolverse en ella;
comprender que nos quedamos en un alrededor más extraño
después de lo que se escribe.
RETRATO DE UN MENDIGO EN UNA CALLE DE QUEENS
Se llena de fantasmas
el callejón
flotan las escaleras levadizas
un gato blanco se husmea su cuerpo
en el techo
y duerme el mendigo lamido por el tiempo,
oloroso a soledad,
cuya moneda de un último recuerdo
le llegó demasiado tarde
el angustiado perrito que lo mira
podría ser mi casa.
CALEIDOSCOPIO DE UNA PIEDRA
A quién le canta
esta piedra solitaria
qué en la lluvia de su alma de criaturas
de humedad
qué en la fiesta de las sombras ajenas
que la tocan
del árbol y del mendigo
a quién sus historias de cuando rodó
en la colina,
que llovió del tiempo cielo
qué del niño que la moldeó en su puño
de los tres saltos en el agua
arrojada a la tristeza
del vértigo en la cauchera
del sabor a mar en su piel
qué podrá decir esta piedra de la gota de luz
que guarda en su entraña para alguien
que ya es recuerdo
que nunca será
qué podrá decir en este parque
de su sombra
¿si nadie la levanta?
qué
¿si nadie la patea?
EL CIEGO
De este parque se han ido
las leyendas
ya no conversan sus esquinas
las hojas secas visten la fuente
y la brisa trae enredadas chuspas
que parecen almas de niños
en los pies
hay tantas alas sin sus cuerpos
hay tanto polvo blanco confundido
en el asfalto
Un loco pasa explicando con sus gestos
las voces de otros rostros
y las semillas que insisten
debajo de las piedras
pero yo no lo comprendo
porque sin asombros soy otro ciego
en la mitad del mundo
uno más
un ciego que se pregunta apenas
por dónde irán sus manos.
LOS LOCOS
Los locos son los felices presidentes
de las verdes repúblicas de los parques
los locos madrugan a bañarse con nubes en las fuentes
y a murmurarles nuevos nombres a todo lo que miran
los locos se embriagan de cielo cuando quieren
y andan por ahí exentos de impuestos
por los universos que habitan
los locos no tienen complejos, no sufren de celulitis
y siempre están en forma de tanto huir de la miseria
los locos no contestan el celular porque no tienen
y si les preguntan por sus nombres es inútil
pues los olvidaron a propósito
los locos son mitad dioses
porque cuando Dios los creó estaba loco
los locos se enojan y tiran piedras
porque la gente les tira piedras con la mirada
y aunque insistan
los locos no comprenden la palabra hijueputa
los locos son como niños de otro tiempo
que saben que los pájaros, los atardeceres y las frutas
son generosos actos de amistad
¡y claro!, los locos escuchan y escriben poemas
los locos son poesía.
CONVERSACIONES CON EL MAR
Todo es un juego
la palabra beso es un juego de la boca
la palabra beso es un sofá carmesí,
el sofá se levanta y va a la cocina
el beso voltea y la palabra beso de otra boca
la toma por sorpresa
el sofá se expande
el vientre del sofá se excita
y el carmesí fluye como un lago de algas
los pies de madera del sofá forman círculos,
crecen sus plantas
porque todo beso nutre, así sea la hierba
¿o es que dentro de la palabra hierba no está la flor?
¿o es que dentro de la gota de rocío
no está la criatura mirándose la vida que le ocurre afuera,
como desde un ojo?
¿no te parece, mar,
que la vida es un beso
y es un sofá, es una puerta?
¿que la vida es un juego
donde todo lo que nos rodea
se está besando?
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