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Foto del escritoranclaediciones

Cristian Eduardo Cárdenas Gutiérrez



Nació en Pereira Colombia, licenciado en español y Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira. Trabajó para la revista Portafolio Cultural. Fue uno de los ganadores del concurso de “cuento corto para esperas largas” del festival de literatura de Felipe en el año 2016. Sus poemas han hecho parte de antologías virtuales e impresas en varios países, sus poemas han sido traducidos al italiano, inglés y francés, invitado a la feria internacional del libro de Pereira del año 2017 y 2018. Invitado al encuentro de escritores jóvenes de habla hispana en la ciudad de México del 2018 y el festival internacional Luna de locos 2019.

ME PIDEN QUE CANTE DE MI ABUELO

No tuve nunca un regazo de abuelo donde posar la infancia

ninguna historia de amor, ni eufemismos para la angustia

Imagino sus manos grandes y venosas que labraran la tierra

Dicen que mi rostro es su rostro

que cantaba con voz de viento contra las piedras

como un juglar por los ríos

Dicen que mi rostro es su rostro

y evito el espejo

la imagen sin memoria

Qué puedo cantar, yo

que no diferencio entre dolores

Aún estoy mirando por encima del platanal

cómo dejo de ser el hilo de mi cometa

Dicen que mi rostro es su rostro

Pero en estas aguas turbias

Ya no hay reflejo

POR VEZ PRIMERA LA LLUVIA

Alguien levanta su cara contra la lluvia

jamás es el mismo rostro el que enfrenta las gotas

En la nostalgia, no es ella la que se derrama

cuerpos doblegados

sobre los charcos de su sombra

Por vez primera la lluvia sobre los tejados

las notas de la infancia

trepidan caen y desaparecen,

como una lágrima en medio de ella

Porque la lluvia, no cabe en la palabra lluvia

Es al derramarnos que la nombramos

DECLARACIONES

¿Recuerdas el pastal?

Desde ahí vimos arder nuestras casas

los nuestros salpicados por las paredes,

sus huellas de barro

Arrojados sobre nosotros

una noche donde no llovía

¿Recuerdas cuando jugábamos a no parpadear?

Es fácil ahora que nadie levantará una cruz

ni pondrán nuestros nombres en una piedra


LA FELICIDAD

Lo más cruel que se puede desear a un enemigo

es que sea totalmente feliz

La sombra entre un velo

es igual a la angustia

el cotidiano respiro

no llena los pulmones

Nunca he visto pez fuera del agua

mirar el agua

tal vez cree que todo es agua

las mismas sombras

CEMENTERIO CLANDESTINO

Ahora mis muertos trancan las puertas

Sus rostros masacrados se asoman

tras los barrotes del silencio

Sus bocas, ocultas

Hablan sin necesidad de palabra

Sus dientes molenques

mastican la tierra roja de sus hijos

¿Qué palabra dolida describiría mejor

el reclamo de mis muertos

que un rio convertido en cementerio?

Ahora mis muertos, nadan por los ríos

Brasean contra el olvido

sortean en su mutilado trayecto

las indiferentes piedras salpicadas de sangre

Ahora mis muertos, a salvo en las orillas

Se burlan de nuestras aprisionadas vidas

De nuestra ilusoria libertad

Se han dado cuenta

que nosotros,

no somos los vivos

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