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Fires Parra Arias


palmirano, docente de profesión (español y literatura); autor de 8 libros de los cuales solo dos han sido publicados: Semántica de Términos Equivocados (Gramática) y Todos Somos Payasos (Poesía).

He participado en diferentes recitales de poesía a nivel regional y he sido jurado en varios concursos de poesía, también he dirigido talleres de escritura creativa.

1.

Todo tu vecindario critica "sotto voce"

que porque eres mi amante.

Y murmura

que porque no llevas un brillante

en tu dedo.

Que porque llego a tu casa

y no me quedo.

Que porque mientras ellas

son esclavas sin paga,

tú haces libremente

lo que te viene en gana.

Respóndeles a aquellas que se ufanan

de ser esposas,

que mientras las esposas, esposan;

las amantes, aman.

2.

Tengo la manía cuando estás conmigo

de estudiar completa tu geografía,

y de ella amo todo.

Amo tus colinas desde cuyas cúspides

quisiera mirar el mundo a mis pies.

Amo el suave suelo de tu vientre plano

donde hay rica mies.

Amo tus voluptuosas ensenadas

en donde desearía dormir.

Amo lo abisal de tu gruta encantada

en donde quiero morir.

Amo tus caminos, amo tus praderas, amo tus jardines

cuyo aroma dulce me tiene arrobado.

Amo la mirada gualda de tus ojos

de gata encelada.

Amo las enhiestas mesetas de tus nalgas

(sarpullido incluido).

En fin, mujer, te amo

desde tu Groenlandia hasta tu Patagonia

porque tú eres mi continente y yo tu contenido.

3.

Te amo

porque desde el primer momento que te vi

supe que eres grande.

Te amo porque cuanto más te estudiaba

más constataba nuestra afinidad;

te amo por tu irreverencia, por tu valentía, por tu sapiencia.

Te amo porque humildemente

permitiste que entrara en tu vida, que permeara tu piel,

tu dura piel de mujer muy segura;

Te amo

porque te fuiste abriendo como fruta madura

ante mis tímidas palabras.

Te amo porque me permitiste erosionar la coraza

con la que cubres esa inmensa ternura

que hay en tu corazón.

Te amo porque conmigo eres la que eres,

no la que muestras ser.

Te amo porque aunque no lo aceptes

ya eres mi mujer,

la mujer que he buscado y que 'ayer' encontré.

4.

Te amo

porque desde el primer momento que te vi

supe que eres grande.

Te amo porque cuanto más te estudiaba

más constataba nuestra afinidad;

te amo por tu irreverencia, por tu valentía, por tu sapiencia.

Te amo porque humildemente

permitiste que entrara en tu vida, que permeara tu piel,

tu dura piel de mujer muy segura;

Te amo

porque te fuiste abriendo como fruta madura

ante mis tímidas palabras.

Te amo porque me permitiste erosionar la coraza

con la que cubres esa inmensa ternura

que hay en tu corazón.

Te amo porque conmigo eres la que eres,

no la que muestras ser.

Te amo porque aunque no lo aceptes

ya eres mi mujer,

la mujer que he buscado y que 'ayer' encontré.

5.

Besé tus pies erógenos y suaves

y sus plantas lamí, tú sonreías;

y uno a uno sus dedos en mi boca

introduje y mordí; y en éxtasis, loca,

volar sobre la cama como un ave,

arqueando tus caderas, parecías.

Y tus senos cual palomas se agitaban,

tratando de evadirse de su nido;

y mi lengua y tu lengua entrelazadas,

hirvientes, anhelantes, enroscadas

en la cueva de tu boca, se devoraban.

Y ahora ya no reías, musitabas

algo que no entendí porque gemías;

y tus uñas en mis brazos se enterraban

y el volcán de tu vientre me abrasaba.

Y los dos -yo tu corcel, tú mi jineta-

en la pista perfumada de esa alcoba

arribamos juntitos a la meta.

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