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Foto del escritoranclaediciones

Francy Liliana Díaz Rozo

Facatativá, Cundinamarca (8 julio de 1980) Estudió Lengua Castellana y Comunicación en la Universidad de Pamplona Norte de Santander. Activista político en defensa de los derechos humanos y del ambiente, subdirectora de la Corporación Cultural Hicha Guaia, integrante de la comunidad muisca. Organizadora del 1er y 2do Encuentro Internacional de Escritores Facatativá 2012 y 2013 con la Corporación Cultural Hicha Guaia, Miembro del Colectivo Literario Poetiza, del Proyecto Dupla Poendemia Literaria y de la Corporación Ie Sua Hijos de Manjui. Primer lugar en la 6ª Semana Cultural Internacional Facatativá. Ha participado en encuentros nacionales e internacionales, destacan los de Manabí, Ecuador; Chañaral, Chile, Feria del libro de La Habana, Cuba 2011, Festival de poesía de La Habana 2012 Mención honorífica otorgada por la Casa del Poeta Peruano, Representación Chile, concurso Hispanoamericano de Poesía “Gabriela Mistral, XVII Encuentro Internacional de poetas Zamora, Michoacán, México 2013.

SUTIL

Ahora te puedo ver

bebiendo estrellas fugaces sobre mi pecho

enredando mis dedos en el aroma de tus palabras recién nacidas

atravesando el norte del sur de mis lagunas internas.

Te acogeré en mis oscuridades nuevas

en mis temblores brillantes

en mis recónditos jardines de flores salinas.

Extenderé mis alas de burbujas

y te llevaré o esos cielos que solo ven los cíclopes

volar, en lo alto de un beso

presos de nuestras alas cruzando estrellas.

Ebrios de aves de saliva,

de líquidos dorados y antiguos

como las flores de la montaña en que duerme el más intenso amor.

Tanto amor contenido en nuestros mundos internos,

esperando un mar para desembocar,

hallándonos en medio de la intolerancia del mundo

deja que te bese cada una de las palabras.

Te abrazare con mis corrientes cálidas,

cubriendo tus llanuras, tus laderas.

Sentada, en el pico más alto de tus montañas

Yo te siento en cada uno de mis rincones

Y te regalo el néctar de mi flor nocturna

Sus perfumes y sus pétalos.

No habrá sed que no te sacie,

ni hambre que no te cure.

Me encontraras desnuda

al borde de cada mañana

en que le pondremos nuestros propios colores al cielo.

Arrebátame,

Sálvame,

Hazme libre en tus fronteras.

Dónde estabas tanto tiempo perdido de mí,

dándote a tantas otras gentes sin encontrar mi rumbo

lejos de mis yo sin ti aburridos y tristes.

Soy la cueva en que tus olas buscan refugio

Puedes venir a plantar jardines en mis campos,

puedes regarlos cuando quieras y cuidar sus colores.

Yo te presto mi tierra húmeda y mis cantos de siembra y cosecha.

Te escribo en mis mejillas.

Las letras de tu nombre gritan en mis pupilas

Tengo una cascada de arcoíris para tu horizonte

Un amanecer que no empieza

Hasta que tu noche caiga en mi costado.

REFLEJO

El fondo del estanque titila

Es el reflejo de un rostro

Que cayó en su superficie

Nadie ha visto ahogarse

Una lágrima en el océano

Nadie puede dar por sentado

El origen de sus aguas.

Sin embargo,

Yo especulo

Que es el llanto de un hombre

Con los ojos desgastados

Cansado de buscar fuera

Lo que solo se halla adentro.

Todos,

Absolutamente todos los llantos son inútiles

Quién puede vaciar el océano y a dónde.

Qué peces se atreverían a mutar a mariposa

Para salvarse del rostro que les mira

En la superficie del estanque

Que no es mar

Que no es río

Sino las pupilas de unos grandes ojos tristes.

FRONTERAS PERDIDAS

Busco las horas del refugio en mis zapatos

Quizá tenga que ver con el tiempo de los pasos perdidos

De las huellas del caminar errante.

Busco hojas que navegan en mis lágrimas

Versos regados por alguna colina que se derrite de frío

Anzuelos clavados en la boca que ya no besa

Y que en lugar de saliva bebe su sangre.

Busco pedazos de piel en las pestañas

Aleteos de angustia en las cenizas

Poemas mutilados deslizándose en mis pechos.

Busco minuteros en mi lengua

Segunderos en las cuerdas bocales

Horas muertas sobre las palabras

Busco mi sombra del otro lado del techo

Huyo de mí, de mi voz, de mi reflejo

Cansada de mis ojos rotos, de mis días de letargo.

Busco morirme de alegría

Tantos muertos de tristeza no caben ya en ninguna parte

No hay cielo que contenga la nostalgia

Ni infierno que se resista

A todas las flores de la primavera.


POEMA PARA ESTE ADIÓS.

Voy a escribirte en esta piel vacía

Ahora que se ha muerto la alegría.

He invitado a su funeral mis zapatos grises

Las colillas de cigarro que olvidaste en mis sandalias

El cofre de besos que te adeudo

Las palabras rotas que jamás sirvieron

El licor sin abrir para la noche especial que no vendrá

Algunos libros que quería que leyeras,

La lencería que tanto te gustaba

Mis cabellos sin peinar sobre la almohada.

El sol no quiso venir a este réquiem

Y las flores venían muriendo antes de las lágrimas.

En todo caso ya nada importa,

Ningún poema me salvará del olvido.

ROMPECABEZAS

Soy un rompecabezas de mí, de otras, de mis otras, de mis ancestras, mis imágenes vencidas y nuevas, mis autoras favoritas, mis cantaoras antiguas, mis espíritus femeninos milenarios, las poetas vestidas de hombres para ser leídas, las que curan con plantas, las que riegan la semilla en los surcos, las que tejen e hilan, las lavanderas, las hace trenzas, las contadoras de historias, las de tacones puntilla, las de alpargatas, las nocturnas, las andariegas, las libres, las subyugadas, las analfabetas, las paridoras de hijos, las infértiles, las oscuras y tristes, las que viven por vivir y las que lo hacen intensamente, la puritana, la pervertida, la rabiosa, la adorable, la maestra de escuela. Soy un poco de mi madre, de mi hermana, de mi hija, de la abuela Carmen y la abuela Rosario a quienes no recuerdo pero siento. Así es, soy todas ellas para ser quien soy, para darme forma, para definirme, para que todo el que sepa de mi entienda que gracias a todas ellas, he podido llegar a ser yo misma, con todas sus herencias, pero mi único molde irrepetible.


PARECE QUE ACABAS DE LLEGAR...

Así es parece que acabas de llegar amor y un abrazo presuroso se me insinúa en la mirada el aire recoge un suspiro que a penas ensancha mi pecho y un temblor me recorre toda desde dentro hasta fuera. Parece que acabas de llegar de un tiempo que no conocía, de una lejanía que se me viene encima con todo el peso de la tierra, de una constelación ignota se te posa en los ojos deslumbrándome llenándome de luz y de brillo, colmándome el aura de maravilla. Parece que acabas de llegar sin haberte ido como queriéndome decir la verdad de las horas la eternidad de los segundos lo corto de los siglos en que nos buscamos sin hallarnos en que nos tocamos sin la conciencia de la vida. Parece que acabas de llegar y te detienes en el semáforo yo estoy justo al otro lado de la calle viendo pasar presurosos los autos, tratando de detenerme el corazón con las manos para que no me descubras antes de tiempo. Parece que acabas de llegar desde mi centro mismo descubriéndome las lágrimas de dolores añejados apaciguando la soledad que se me campeaba en los espacios cotidianos, poniéndole chispa a la saliva de los besos por dar en adelante. Parece que acabas de llegar a mi corazón y te prometo que solo mientras sea necesario cerraré la puerta mientras enredas tus dedos en los pliegues de mi dermis mientras me bebes el sol que se me esconde en las entrañas.

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