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Foto del escritoranclaediciones

Jenny Cabrera

Actualizado: 5 sept 2020


Colombia-Cali-1962

Poeta, Bibliotecaria, tallerista, Gestora cultural, Bibliotecóloga de la Univ del Quindío-Gestora Ejecutiva Univ. Del Valle.

Fundadora de Haciendo Ciudad hacemos País.

Fundadora de Mujer y Democracia

Fundadora Casa de Poesía Cali

Fundadora del taller de poesía para jóvenes SEMILLAS DE JUVENTUD Productora y presentadora del programa de televisión “POESÍA POR SIEMPRE”

Editora de la Antología de Poesía del Valle del Cauca y Colombia.

Delegada cultural de Naciones Unidas de las Letras.

Ha publicado 7 libros. Ha sido jurado en diversos concursos a nivel nacional e internacional

Reconocimientos: Ha sido incluida en el libro: 22 escritoras caleñas LA SULTANA EN LETRAS, Lauro de Oro de Uniletras Bogotá, Reconocimiento de la alcaldía de Cali por su labor poética cultural, su poema Altazor fue incluido en la Antología homenaje a Vicentre Huidobro de Chile.Condecoración Univ. Del Valle y Casa del Poeta de Buga, Reconocimiento Crisálidas poetas de Cartago, invitada ponente al World Festival of Poetry Perú y Bolivia.


POR SIEMPRE

Un ave vuelve al útero.

Un hijo al que ya no amamanta

nace todos los días.

Nacen sus risas, sus manos guitarra, su ensoñación

frente al mar de la vida y sus anhelos

de hombre grande, ahora él es cascad

a en su mejilla bebe de su leche lágrima

y la ata eternamente.

Ella pare todos los días su nombre

nosotras parimos con ella

en un solo rostro lloramos todas

Vemos crecer el recuerdo, sabemos

que cuando un hijo parte, nunca

escapa del abrazo de la madre

se queda acurrucado y mecido oyendo nanas.

Y el ritual de mujeres que lloran

por el hijo de una, que es el hijo de todas

nos recuerda que la vida es una estela liviana

y a veces un aro de fuego del que pende

la última estrella, donde duerme un hijo recuerdo.

DUDAS (A Virginia Woolf)

Maldije la habitación de las palabras

aún recuerdo el hedor de la impotencia

y mi largo camino hasta ella.

Quise asirme a mi derecho

de tener unas monedas y también

un cuarto propio

y sembrar ahí los dardos de mi guerra

una guerra común a todas confinadas

al sempiterno fuego del silencio, al dedo acusador

que desnudaba no solo la piel sino los miedos.

Dirás que triunfé, que triunfamos

Que logramos caminar sobre el agua, sobre el fuego.

Después de un siglo tú tienes la respuesta.

Yo, ahora madurada en el invierno

madre de mis propios fantasmas

en mi cuarto propio y secreto, observo

Y tengo dudas…

ETERNA PACHAMAMA

(El Amazonas arde)

Puedes opacar mi voz

cercenar mi piel

arrasar mi vida

puedes marcharte

sinuoso en tu victoria.

Puede que tu capricho

deje una cicatriz profunda

que mi luz escape

que la asfixia me subyugue

que hagas al débil más débil

y que el poder como un caballo

brioso te desboque.

Puede que tu olor putrefacto no sea

suficiente para que te despiertes

hasta que llegues a sentir

en tu entraña, que bebiste el vino de la muerte.

No es profético, esto que escribo, es simplemente que

la flor y su magia no te iluminaron

para ti se oscureció mi lámpara de

brillos y la ondina en el cristal.

No se preñó tu vientre de amaneceres

la oscuridad en paz, no te regaló el

sueño y te vas como llegaste

prematuro en tu muerte.

Yo por los siglos seré bastión

belleza y ensueño.

Gravitaré para nacer de nuevo.


CIEN SOLEDADES

Así vamos

Condenados a estar solos

como cada vez, que desnudos

somos ignorados por el tiempo.

Vamos sin segundas oportunidades

como si lleváramos un pergamino

de Melquiades entre las manos

intentando descifrar la historia

con cien años de anticipación

como si fuéramos la clave

par o impar.

Haciendo predicciones

sobre gemelos póstumos

geranios antiguos, caminos ocultos

para terminar finalmente

en el laberinto de la sangre

donde no somos más que

un animal mitológico, un Macondo

de escombros, la última página

antes del verso final.

Dejamos los sueños en la ciudad de los espejos.

En vano buscamos un mundo recién

nacido, ni amarantas ni Melquiades

simplemente hormigas que arrastran un cuerpo

tiestos de ceniza inundados de ambición

como Aureliano, paralizados en ella.

Sin recompensa

rodando por los siglos

igual que huevos prehistóricos

con su cáscara de piedra

perseguidos por la muerte

Aullando, hundidos en

la tempestad, dejamos atrás el pergamino.

HOMENAJE A PIZARNIK

Hoy te revivo

en mis recuerdos encontré tu forma precisa, estás aquí.

Y tu nombre me revuelve la entraña, la vida.

Estás aquí con tu acné

tus dolores de cristal zafiro

tus miedos, tus pastillas.

Estás aquí y te imagino

tranquila y sosegada en tu paraíso

de almas escondidas.

Para que no alteres tu locura infinita

hoy husmeo la sombra de tus días

tus madrugadas, tu cuarto solo

tus anillos de ceniza, tu peregrinaje

tu Paris en soledad

tu exilio y hasta tu última inocencia.

Hoy te recuerdo y me lleno de letras.

Te recuerdo Alejandra niña

Alejandra alondra

mujer todas, mujer nosotras

locas, guerreras, alborotadas

sembradas de miedo y de grandeza

todas, con la fuerza de atravesar el mar

y volver al útero.

Te recuerdo hoy, Alejandra Pizarnik.

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