Nació en Cúcuta y vive en Palmira desde su infancia. Cursó primaria y bachillerato en instituciones de la ciudad y se hizo Comunicadora Social-Periodista en la Universidad del Valle, en Cali. Ha ejercido como periodista de radio, prensa, televisión, alternativo y virtual, por más de 25 años, en los más prestigiosos medios del país. También ha ejercido profesionalmente dirigiendo oficinas de comunicaciones, así como en la docencia universitaria y en la investigación científica, actividad en la que obtuvo el reconocimiento de Colciencias, en la más alta categoría de investigación. Del mismo modo, dirigió una editorial universitaria con resonante éxito en el ambiente latinoamericano. Con una producción que supera los mil poemas, Teresa Consuelo Cardona participó con una obra en el Concurso de Poesía Ciudad de Palmira, el año 2013, en donde obtuvo el primer puesto. Desde entonces, cada día, nos da a conocer una pieza poética de su amplio repertorio, a través de las redes sociales. En la pasada jornada electoral, fue candidata a la Alcaldía de Palmira, en representación de una convergencia de todos los partidos alternativos y de centroizquierda.
PARAÍSO
Hoy estarás conmigo en el paraíso,
fruta prohibida en la tierra prometida,
que la fuerza del deseo allí quiso
que fuera totalmente consumida.
Poco importan advertencias y avisos,
por la eternidad, tú y yo, tal vez perdidos,
seremos sublimes seres insumisos
y la envidia de amantes escondidos.
Catarás los placeres que el edén ofrece,
beberás con plácida avidez los rojos vinos,
alejarás tu antigua vida que se desvanece
en la melódica estación de nuevos trinos.
Te quedarás allí, sobre mi piel, gustoso.
Suspirarás de amor en el fondo de mi nido.
Dormitarás feliz tras estremecer tu gozo
y mañana, al despertar, ya me habré ido.
CON LA LUNA
Te fuiste a la cama sin mis besos,
a la noche estrellada sin mis brazos,
a los sueños de amor sin mis afectos.
Te fuiste a buscarte en tus adentros,
en las cálidas miradas y en los tiempos,
con la luna, otra cama y otro cuerpo.
ÉXODO
Nos deshicimos en sombras, nos destilamos en miedo.
Nos arrancaron el alma, nos quitaron nuestro cielo.
Nos arrastramos sin fuerzas entre la sangre y el fuego,
nos hundimos en el lodo de una noche sin sosiego.
Cuando levanté la mano buscando entre mi cabello
mis recuerdos, tus motivos, nuestros porqués, sus desafueros…
encontré una flor silvestre, un diminuto azahar
perfumando con aromas la mujer que iba a crear.
Cuatro pétalos apenas y una varita muy débil
me sirvieron de sustento de lo que yo iba a seguir.
Sigo en pie, sigo luchando, sigo la voz elevando
sigo en mis pasos andando, sigo, sigo, estoy aquí.
Fue la flor la que me dijo que no podía desistir
que las mujeres no estamos para contemplar el fin.
Que somos la vida misma, que subimos la marea
que somos el cancionero que la luna tararea.
MI VIDA
Mi vida se escurre entre tus días
idos ya de mis balcones,
ausentes los delirios
plateados los cabellos,
los labios silenciados,
los ojos apagados,
los dientes amarillos.
Mi vida se deshace en ella misma,
en almas grises turnadas en mi cuerpo,
en la pálida piel de quien fallece
en la tristeza amarga del sollozo
en la mueca feroz del que agoniza
en el zumbido insoportable del mosquito
en el polvo que reposa sobre un libro.
Mi vida se disuelve en este mundo
que se traga insolente los desvelos,
salvaje, tirano, sanguinario,
se derrumba, se cae, se destruye,
como se apaga el sol en cada tarde,
entre el rojo vibrante que perece
y se hunde en la noche de cristales.
EXTEMPORÁNEO
Verás en tu paisaje de ocres desdeñados
un brillo silencioso que es el de mi existencia,
mi calidez profana, mi curva cadenciosa,
mi boca hecha blasfemia,
mi llanto sin miseria.
Recogerás tus pasos camino a la memoria,
me buscarás temiendo que me devuelva intacta,
recelando mi historia de múltiples colores
mutilando mis alas,
borrando mi alborada.
Apreciarás entonces que yo no fui tan mala,
que mi voz encerraba amores de azucena,
que mi piel albergaba temblores y delirios,
que todos eran tuyos,
que yo solo te amaba.
Me acuso… Soy alcohólico, disfruto el embriagarme de sus letras.
Me gusta la mala vida… Sé que sus letras son candentes y disfruto caminar descalzo en ellas.
Enhorabuena mi querida Teresa.