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anclaediciones

Amariliz Rivera Sánchez

Actualizado: 20 sept


Nacida el 21 de enero de 1988, en Puerto Rico. Criada por las montañas de Orocovis, corazón y centro geográfico de la isla, entre monte y río. Educadora por 10 años en el Sistema público de enseñanza, poeta, amante de la música, apasionada del arte, con un profundo amor patrio. En los últimos años se ha destacado entre las nuevas voces literarias en Puerto Rico, por su forma única de hacer suya la poesía, declamarla con pasión y un compromiso social evidente. En enero de 2024 se estrena como autora publicada con su poemario Amarhilando.


En instagram: @amar.hilando



Hechizo

 

dejó un río

una porción de miel

 

emana el néctar de su piel

en una mudanza de cuerpo

 

cuerpo de agua

cuerpo florido

cuerpo danzante

 

el génesis nunca se alimentó de cordura

fue el estallido entre sus piernas

ha nacido un lecho de soles

desde el vientre del monte

 

ha concedido

el escondite a nuestros pecados

 

aquí germina

y se marchita

el conjuro de lo imposible

 

la corriente apacible

aguarda el misterio

que se hizo hechizo

entre las aguas



 


he perdido la cuenta

de cuántas veces

he resucitado

por eso no le temo al cementerio

hace rato sé de la tierra y los gusanos

 

mi habitación me ha abierto

los huecos del fin

una y otra vez

mis huesos conocen de cadáveres

del frío que carcome

como polillas a los minutos

vacíos de vida

 

¿qué es la vida

sin la muerte mirándole a la cara?

 

voy sola al campo

arranco flores

para adornar mi deceso

ya no espero

por los que lloran

 

cada vez que la espera

hace eco a mis pasos

se teje un homicidio

imprudente en mi pecho

 

mi muerte tiene nombre

mas no hay espacio

para el reloj

que no sabe de insomnios

 

 

 

no le debo una historia

al fusil que llevo atravesado

en la garganta

le debo pólvora

le debo tiempo

le debo manos

palabra y voz

 

para dispararse

en los ecos

repetirse hasta alcanzar

la alabanza

de la mujer que decide

de la madre que se libera

de la maestra que no cede

la hija de esta patria

que resiste



 

 

hay una nube

que no es mía

se atraviesa en mi estómago

me alimenta de truenos

sin voluntad ni acogida

supuran toda clase de exigencias

en dónde nacen las pecas

que avisan mi exceso de sol

se quedan ahí

enlistándose con abono y semilla

siguen acumulando

hijos de la plaga

 

mis brazos van liberando

lamentos maternos

tengo miedo de perder

la forma de abrazar al amor

 

he parido

y con ello

mi espalda ardiendo a las aguas

del mar en mi pecho

 

ha convocado huracanes

categoría culpa

  

 

 me ha mirado fijamente

un otoño

 

poco a poco

he estado deshojándome

hasta desnudar

todo cuánto

no le pertenece

a la primavera hurtada

de mis raíces

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