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Javier Humberto Banderas


Javier Humberto Banderas Cardona, nacido en Palmira, (Valle del cauca) en 1963, de joven vivió entre la ciudad y el campo, siempre se inquietó por el arte y la cultura, entre ellas las danzas folclóricas, el teatro y la poesía. Inicio sus estudios en el colegio German Nieto de Candelaria, donde hizo tres grados, terminó siendo egresado del colegio Cárdenas de Palmira; es normalista superior de la Jorge Isaacs de Roldanillo. Ha ejercido siempre múltiples artes y oficios, incursionó en alguna época en la radio, en su ciudad natal.


Fue docente de primaria en algunos colegios privados, por un corto tiempo, y llegó a tener su propia institución educativa en una época. Se ha interesado siempre por escribir poesía, pero nunca ha hecho publicaciones escritas. Hizo parte del Festival Internacional de Poesía de Palmira, Vuelo de Palmas 2022, su poema Pluma polimorfa fue incluido en la Antología de Poesía Palmirana “Más Allá del Vuelo, 2022”. Desde entonces la poesía se ha convertido en parte integral de su vida; hoy pretende lograr un sueño en ella, poder en algún momento aportar desde este género un grano de arena que permita ayudar a liberar la poesía que duerme en cada uno de nosotros.


COINCIDIR


Deseo hallarte en la búsqueda

de la paz que alimenta mi alma,

coincidir contigo

entre los muros que nos separan

de las cosas que aún no hemos creado.


Ya quiero irme de la noche más oscura

alargada en el tiempo,

y no ver más mi imagen

congelada en el espejo de tu ausencia.


Anhelo poder amarte sin temor

en medio del miedo ya perdido

a que un día sin luz pueda llegar a perderte.


Deseo me encuentres por la senda que caminas

en la búsqueda de tu felicidad,

yo, bajando por los plieguecitos de tu sonrisa.


Anhelo encontrarnos,

abrazarnos con las alas de nuestra libertad

y volar juntos en busca de lo desconocido,

y cuando estemos juntos,

voy a abandonarte por un momento

en el interior de mi ser,

e ir en búsqueda de los versos

que desde siempre he escrito para ti.


Quiero poseerte sin egoísmo,

desbordarme en ti,

apelar a la locura

y entregarte el corazón

en cada uno de los latidos de mi voz.




Encontrarnos

y que te quedes con todo lo que traes

y que me recibas con todo lo que tengo,

empezar juntos a construir todo,

todo, lo que nos falta por vivir.




TÚ, MI POESÍA


A mi hija Erika Dayana Banderas Márquez


Quise pintar tu rostro en un poema,

traerte de nuevo

¡así!

frágil,

vulnerable,

dominante.


Quise escribir un poema

en las alas de los pájaros que regresan en verano,

esos que construyen nuevos nidos

con las plumas de los que se quedaron esperándoles.


En medio de mi nostalgia

no encontraba un título más grande que tu nombre.


Por momentos naufragaba

entre la ola de recuerdos traída por tu aroma.


Las metáforas venían escritas en tus brazos

y bajaban por tus manos a tocarme.


La métrica era tu risa,

y el embeleso de tus ojos en los míos

jugueteaba con mis versos.


La rima era un susurro a mis oídos

en una canción de cuna que no se olvida,

Cada fragmento se extraviaba

en el recuerdo de tus travesuras.


Tú eras la estrofa, la única estrofa,

eras papel y tinta,

pluma y musa.

Yo solo escribía:


te amo,

te extraño,

te amo.


No hubo poema que nos contuviera

y aun así, había poesía.


Mi poesía eras tú,

mi niña.



EN UN COFRE DE RECUERDOS


No sé si tejías un manto

o un traje de noche clandestina,

las arañas se escapan siempre en silencio.


Tu ausencia me asoma al espejo de los precipicios,

pero mi alma renuncia

a ser una mortaja en una tumba de recuerdos.


Ya no seré lumbre en tus ojos,

me iré desnudo de tu cuerpo

entre la oscuridad de tu lascivia.


Te dejaré todo por si acaso me llegaras a extrañar,

recostada en las costillas de una noche fría.


Impregnado entre los calados al borde del cielo raso,

te dejo el aroma del café

que te hacía en las mañanas,

en el rechinar de las bisagras,

el abrazo de partida y de llegada,

en la incansable espera del sofá,

los “te quiero” de cada día.

¡Igual! Te dejo esa lluvia de caricias

que te humedecían en medio de la noche,

el delirio y el derroche.


Ese fuego que quemaba entre tus piernas y tu pecho,

que me pedías con locura,

lo apagara con más besos.


¡Ahí te queda todo lo demás!

En un cofre de recuerdos que poco había usado,

lo que no cabía ahí lo hallarás en el silencio de mi voz

y la ausencia de mi abrazo.


LIBERAR


Hoy es nuestra última luna juntos,

ya no podré ser más la poesía que encandila tus ojos.


Dejarás de ser el verso más intenso en estas manos,

que hoy no quieren que te vayas.


No volveremos a navegar las tempestades de este mar,

que nos agita los cuerpos.


Soltaré mis amarras

a estas inefables ilusiones encalladas en mi pecho.


Navegarán por siempre en el mar de los recuerdos.


Allí, sabrán existir como eternos fluidos de amores furtivos.


Ya no estarás más aquí,

donde ha dolido tanto la distancia.


Quizás vengas un día

a soltar tus cadenas y liberar tus nostalgias.


El mundo nunca sabrá

que copulamos en un universo de versos.


El mundo nunca dirá

cuánto hemos vivido desvelados, aun dormidos

y despiertos en nuestros quiméricos sueños.


Fantasías de un amor clandestino,

de un amor que, entre copas y vino,

de a poco, de a poquito,

en solo una noche, nos bebimos.




PLUMA POLIMORFA


Desde el lenguaje de tu silencio

me estremece un grito ensordecedor

que rompe mis sentidos.


Me enfrento a todos aquellos

que me quieren crucificado en ti,

mientras voy rumbo a esta batalla,

soy un caballo de Troya dentro de mí.


El tiempo, corona de la muerte,

es una tormenta para mi alma llena de vacío,

en esta tierra nublada de credos.


Mi risa mordaz,

extraviada entre el lamento de todos,

simula un triunfo,

mientras recojo mi armadura hecha pedazos.

me queda el hielo de una tumba

que me invita en cada segundo a transpirar en ella,

mientras me abraza una esperanza ajena

que ilumina tu imagen.


Reconozco esa estrella

que rompe la oscuridad de mis ojos,

buscando en el infinito

a ese Dios incansable que juega sobre mi destino

con su pluma polimorfa.


Me escapo por un instante

del caos de tu mágico mundo,

apagando por completo

las luces que me han tenido encandilado

a tu vorágine de incansables escenas,

y juego a ser el Dios de mi propio universo;


Es un sueño placebo.

Ahora, seré yo quien escriba

sobre el destino de mis habitantes

en este mi reino de sueños,

igual que tú,

yo les daré a mis comediantes el libre albedrío

que les permita ser dioses y demonios.


Que puedan soñar un poco a oscuras

para que renazcan en su propia luz,

y de vez en cuando se liberen de mí,

y de mi pluma polimorfa.

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